jueves, 28 de noviembre de 2019

SOPORTE SOCIAL Y REDES DE APOYO




El  soporte social y redes de apoyo a tenido un largo camino, con el tiempo ha venido desarrollando y tomando fuerza en el campo de la psicología.  Cárdenas, Melenge, Pinilla, Carrillo y  Chaparro  (2010) establecen  “el soporte social tomó fuerza hacia la mitad de los años setenta, y desde allí ha surgido gran interés por el estudio del mismo y su influencia sobre la salud y la enfermedad” (p. 206).  Según Aranda y Pando (2013) establece:
El surgimiento del concepto de red de apoyo social nace con John Barnes en el año de 1954 tras la necesidad de explicar aspectos como el acceso a puestos de trabajo, la actividad política y los roles maritales, para el año de 1955, Bott Elizabeth, describió la red social como una configuración social en la que algunas unidades externas que la componen mantienen relaciones entre sí.
A sí mismo, Cobb (como se citó en Nunes, Rigotto, Cardoso y Marín, 2012), estable que “el soporte social está relacionado con informaciones que hacen que la persona se sienta amada, apreciada, valorizada y perteneciente a una red social de comunicación”.
El soporte social hace énfasis en el poder  saber de qué existen personas (amigos, vecinos, o cualquier familiar, etc.),  que hacen parte del circulo de apoyo, debido a lazos creados,  que permitieron desarrollar el círculo de confianza a través de las diferentes manifestaciones  de aprecio y cariño. Para Sarason, Levine, Basham y Sarason (como se citó en Nunes, et al., 2012), “el soporte social puede ser definido como la existencia o disponibilidad de personas en quienes se puede confiar, personas que se muestran preocupadas con el individuo, que lo valoran y le demuestran aprecio” (P.03).
De igual manera, según, Rodríguez, Cohen y Seeman (como se citó en Nunes, et al., 2012), afirma:
Existen diferentes tipos de apoyo que una persona puede recibir de la red social, soporte emocional (percibido como expresión de cariño, cuidados y preocupación), soporte instrumental (ayudas prácticas que pueden ser dadas a otras personas) y soporte informacional (nociones indispensables que permitirán que el individuo pueda guiar y orientar sus acciones en el momento de resolver problemas o tomar decisiones).
Las personas pueden tener redes de apoyo que le generan satisfacción y que ayudan a fortalecer sus lazos familiares y de amistades y a su vez la confianza. Lemos y Fernández (como se citó en Aranda y Pando, 2013) definen a la red como “una serie de círculos internos y externos, concéntricos en donde la familia nuclear constituye el círculo más pequeño, los familiares y los amigos dos más, y, tal vez los compañeros de trabajo y otras personas el círculo exterior”, por consiguiente, cada persona logra tener redes de apoyo que suelen acudir a estas en momentos donde existen dificultades o problemas  tanto físicas como psicológica  generando.

Cabe destacar que, cada persona crea sus redes de apoyo de manera diferente, es decir, se puede tener redes  que no se encuentran en el círculo más  cercano de la persona.
El soporte  social y las redes de apoyo son de gran ayuda en adolescente que  son víctima de agresiones o de bullying, puede resultar beneficioso en estas situaciones de tensión o de estrés, ya que podría favorecer a los adolescentes, quienes transitan por un periodo de diversos cambios a los cuales se enfrentan con temores e incertidumbre, convirtiéndose así en una población vulnerable y en riesgo de adoptar conductas que atentan contra su propia integridad Orcasita y Uribe (como se citó en Uribe, Orcasita y Aguillón, 2012). 
Según Uribe, et al.  (2012), las funciones fundamentales de las redes sociales es que pueden convertirse en sistemas de apoyo social, que son utilizadas para mejorar la calidad de vida de sus integrantes y también para buscar y mantener el vínculo social; asimismo, este sistema de apoyo puede estar dirigido hacia aspectos más específicos, como la promoción de la salud, que tiende a mantener la integridad física y psicológica del individuo en situaciones de alto riesgo. Por lo tanto el soporte social y las redes de apoyo son de gran relevancia en una persona ya que en momentos de dificultad le puede generar gran ayuda, logrando establecer fuertes lazos entre un individuo y su entorno.
Cada día se puede crear redes de apoyo por medio de las conductas prosociales que favorecen el soporte social o de apoyo. Según Roche (como se citó en Redondo, Rueda y Amado, 2013), la conducta prosocial son  “aquellos comportamientos que, sin buscar una recompensa externa, favorecen a otras personas o grupos sociales y aumentan la probabilidad de generar una reciprocidad positiva de calidad y solidaridad en las relaciones interpersonales o sociales” por lo tanto, depende de cada individuo buscar la manera  de formar una red que le ayude a establecer un soporte social.
El soporte social y las redes de apoyo para  cada persona son de manera diferente y cada una busca la forma de establecerlas, al igual ayudan a cada persona en momento de dificultades y donde por si mismos no son capaces de solucionar un problema que le afecta de manera psicológica o físico. Existen diferentes tipos de  redes de apoyo, como es el apoyo familiar, social, el apoyo de compañeros del trabajo entre otros. Gracia, Herrero y Musitu (como se citó en Estrada, Herrero y Rodríguez, 2012) establece dos tipos de apoyo social “el formal, otorgado por instituciones gubernamentales o no gubernamentales especialmente dirigidas a prestar servicios, y el apoyo informal , procedente de la red familiar, del conjunto de pares o el otorgado por algunos miembros de la comunidad” (p.524). Es así que el apoyo social va desde el círculo más cercano hasta el círculo externo donde se encuentra personas especializadas para brindar el apoyo que se requiera. De tal manera que, el soporte social  es el conocimiento de la existencia de personas que sirven para desarrollar  la red apoyo que se crea a través de vínculos emocionales.

BIBLIOGRAFÍA

Aranda, C.,  y Pando M. (2013). Conceptualización del apoyo social y las redes de apoyo social. Revista IIPSI. 16 (1),  233-245.   
Cárdenas, D., Melenge, B., Pinilla, J., Carrillo G., y  Chaparro, L. (2010). Soporte social con el uso de las TIC para cuidadores de personas con enfermedad crónica: un estado del arte. Aquichan. 10 (3), 204-213.
Estrada, C., Herrero J., y Rodríguez, F. (2012). La red de apoyo en mujeres víctimas de violencia contra la pareja en el estado de Jalisco (México).Universitas Psychologica, 11 (2), 523-534.
Nunes, M.,  Rigotto, D.,  Cardoso, H., y Marín, F. (2012). Soporte social, familiar y autoconcepto: relación entre los constructos. Psicología desde el caribe. 29 (1), 1-18. Recuperado de http://rcientificas.uninorte.edu.co/
Redondo, Jesus., Rueda Silvia., y Amado, Camila. (2013). Conducta prosocial: una alternativa a las conductas agresivas. Investigium IRE: Ciencias Sociales y Humanas. 4 (1), 234-247.
Uribe, Ana Fernanda., Orcasita, Linda., y Aguillón Gómez, Erika. (2012). Bullying, redes de apoyo social y funcionamiento familiar en adolescentes de una institución educativa de Santander, Colombia. Psychologia, Avances de la disciplina. 6 (2), 83-89. Recuperado de https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=2972/297225788004