El
soporte social y redes de apoyo a tenido
un largo camino, con el tiempo ha venido desarrollando y tomando fuerza en el
campo de la psicología. Cárdenas,
Melenge, Pinilla, Carrillo y
Chaparro (2010) establecen “el soporte social tomó fuerza hacia la mitad
de los años setenta, y desde allí ha surgido gran interés por el estudio del
mismo y su influencia sobre la salud y la enfermedad” (p. 206). Según Aranda y Pando (2013) establece:
El
surgimiento del concepto de red de apoyo social nace con John Barnes en el año
de 1954 tras la necesidad de explicar aspectos como el acceso a puestos de
trabajo, la actividad política y los roles maritales, para el año de 1955, Bott
Elizabeth, describió la red social como una configuración social en la que
algunas unidades externas que la componen mantienen relaciones entre sí.
A sí
mismo, Cobb (como se citó en Nunes,
Rigotto, Cardoso y Marín, 2012), estable que “el soporte social está
relacionado con informaciones que hacen que la persona se sienta amada,
apreciada, valorizada y perteneciente a una red social de comunicación”.
El soporte social hace énfasis en
el poder saber de qué existen personas
(amigos, vecinos, o cualquier familiar, etc.),
que hacen parte del circulo de apoyo, debido a lazos creados, que permitieron desarrollar el círculo de
confianza a través de las diferentes manifestaciones de aprecio y cariño. Para Sarason, Levine,
Basham y Sarason (como se citó en Nunes,
et al., 2012), “el soporte social puede ser definido como la existencia
o disponibilidad de personas en quienes se puede confiar, personas que se
muestran preocupadas con el individuo, que lo valoran y le demuestran aprecio”
(P.03).
De
igual manera, según, Rodríguez, Cohen y Seeman (como se citó en Nunes, et al., 2012), afirma:
Existen
diferentes tipos de apoyo que una persona puede recibir de la red social,
soporte emocional (percibido como expresión de cariño, cuidados y preocupación),
soporte instrumental (ayudas prácticas que pueden ser dadas a otras personas) y
soporte informacional (nociones indispensables que permitirán que el individuo
pueda guiar y orientar sus acciones en el momento de resolver problemas o tomar
decisiones).
Las
personas pueden tener redes de apoyo que le generan satisfacción y que ayudan a
fortalecer sus lazos familiares y de amistades y a su vez la confianza. Lemos y
Fernández (como se citó en Aranda y Pando, 2013) definen a la red como “una
serie de círculos internos y externos, concéntricos en donde la familia nuclear
constituye el círculo más pequeño, los familiares y los amigos dos más, y, tal
vez los compañeros de trabajo y otras personas el círculo exterior”, por
consiguiente, cada persona logra tener redes de apoyo que suelen acudir a estas
en momentos donde existen dificultades o problemas tanto físicas como psicológica generando.
Cabe
destacar que, cada persona crea sus redes de apoyo de manera diferente, es
decir, se puede tener redes que no se
encuentran en el círculo más cercano de
la persona.
El
soporte social y las redes de apoyo son
de gran ayuda en adolescente que son
víctima de agresiones o de bullying, puede resultar beneficioso en estas situaciones
de tensión o de estrés, ya que podría favorecer a los adolescentes, quienes
transitan por un periodo de diversos cambios a los cuales se enfrentan con
temores e incertidumbre, convirtiéndose así en una población vulnerable y en
riesgo de adoptar conductas que atentan contra su propia integridad Orcasita y
Uribe (como se citó en Uribe, Orcasita y Aguillón, 2012).
Según
Uribe, et al. (2012), las funciones
fundamentales de las redes sociales es que pueden convertirse en sistemas de
apoyo social, que son utilizadas para mejorar la calidad de vida de sus
integrantes y también para buscar y mantener el vínculo social; asimismo, este
sistema de apoyo puede estar dirigido hacia aspectos más específicos, como la
promoción de la salud, que tiende a mantener la integridad física y psicológica
del individuo en situaciones de alto riesgo. Por lo tanto el soporte social y
las redes de apoyo son de gran relevancia en una persona ya que en momentos de
dificultad le puede generar gran ayuda, logrando establecer fuertes lazos entre
un individuo y su entorno.
Cada
día se puede crear redes de apoyo por medio de las conductas prosociales que
favorecen el soporte social o de apoyo. Según Roche (como se citó en Redondo,
Rueda y Amado, 2013), la conducta prosocial son
“aquellos comportamientos que, sin buscar una recompensa externa,
favorecen a otras personas o grupos sociales y aumentan la probabilidad de
generar una reciprocidad positiva de calidad y solidaridad en las relaciones
interpersonales o sociales” por lo tanto, depende de cada individuo buscar la
manera de formar una red que le ayude a
establecer un soporte social.
El
soporte social y las redes de apoyo para
cada persona son de manera diferente y cada una busca la forma de
establecerlas, al igual ayudan a cada persona en momento de dificultades y
donde por si mismos no son capaces de solucionar un problema que le afecta de
manera psicológica o físico. Existen diferentes tipos de redes de apoyo, como es el apoyo familiar, social,
el apoyo de compañeros del trabajo entre otros. Gracia, Herrero y Musitu (como
se citó en Estrada, Herrero y Rodríguez, 2012) establece dos tipos de apoyo
social “el formal, otorgado por instituciones gubernamentales o no
gubernamentales especialmente dirigidas a prestar servicios, y el apoyo
informal , procedente de la red familiar, del conjunto de pares o el otorgado
por algunos miembros de la comunidad” (p.524). Es así que el apoyo social va
desde el círculo más cercano hasta el círculo externo donde se encuentra personas
especializadas para brindar el apoyo que se requiera. De tal manera que, el
soporte social es el conocimiento de la
existencia de personas que sirven para desarrollar la red apoyo que se crea a través de vínculos
emocionales.
BIBLIOGRAFÍA
Aranda, C., y Pando M. (2013). Conceptualización del
apoyo social y las redes de apoyo social. Revista
IIPSI. 16 (1), 233-245.
Cárdenas, D., Melenge, B., Pinilla, J.,
Carrillo G., y Chaparro, L. (2010). Soporte
social con el uso de las TIC para cuidadores de personas con enfermedad
crónica: un estado del arte. Aquichan. 10 (3), 204-213.
Estrada, C., Herrero J., y Rodríguez, F.
(2012). La red de apoyo en mujeres víctimas de
violencia contra la pareja en el estado de Jalisco (México).Universitas
Psychologica, 11 (2), 523-534.
Nunes, M., Rigotto, D., Cardoso, H., y Marín, F. (2012). Soporte
social, familiar y autoconcepto: relación entre los constructos. Psicología
desde el caribe. 29 (1), 1-18. Recuperado de http://rcientificas.uninorte.edu.co/
Redondo, Jesus., Rueda Silvia., y Amado,
Camila. (2013). Conducta prosocial: una alternativa a las conductas agresivas.
Investigium IRE: Ciencias Sociales y Humanas. 4 (1), 234-247.
Uribe, Ana Fernanda., Orcasita, Linda.,
y Aguillón Gómez, Erika. (2012). Bullying, redes de apoyo social y
funcionamiento familiar en adolescentes de una institución educativa de
Santander, Colombia. Psychologia, Avances de la disciplina. 6 (2), 83-89.
Recuperado de https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=2972/297225788004